Fracasos de la 1ª Generación, Mejoras en la 2ª, la 3ª?
El “Memorandum on Transparency and Open Government” firmado por Obama en el 2009 desató una verdadera carrera alrededor de Open Data. La idea era sencilla, si abrimos los datos de gobiernos y ayuntamientos a los ciudadanos, los desarrolladores podrán crear apps y webs que proporcionaran servicios más diversos e innovadores que los que se le hubiesen ocurrido a cualquier gobierno, de una mayor calidad y a coste cero para el erario público.
Ese mismo año, Vivek Kundra, por entonces CTO de Washington D.C., lanzó junto con Peter Corbett de iStrategyLabs, la primera competición de apps, se llamó “apps for democracy” con unos resultados sin duda espectaculares. En apenas 30 días se desarrollaron 47 apps cuyo coste estimado, si se hubiesen desarrollado internamente, habría sido de $2.3M. Algunas de estas apps fueron muy populares como por ejemplo “liveAt” que indicaba los servicios y composición demográfica de cada zona de Washington o “AreYouSafe” que geolocalizaba la situación del usuario y le indica el nivel de peligrosidad de esa zona / fecha / hora. El coste total de apps4Democracy incluyendo premios fue de $50,000, es decir un retorno de la inversión situado en algo más del 4000%.
Este y otros casos de éxito junto con el bajo coste de “abrir los datos” generaron grandes expectativas que se tradujeron en una carrera por la apertura de datos a ambos lados del Atlántico. Como botón de muestra mencionemos simplemente que el portal de Open Data del gobierno americano – data.gov – el mayor del mundo que dispone hoy en día de alrededor de 272.000 datasets y el hecho de que la practica totalidad de las ciudades activas alrededor del concepto Smart Cities organizan regularmente competiciones de “civic apps”.
Detengamonos un momento a analizar los resultados. La mayor parte de estas apps se centran en unas pocas áreas: temas de movilidad, localización de recursos – como puntos wifi -, descripciones de sitios de interés o bien en restaurantes y bares. Ninguna de ellas ha logrado estar en el top 100 ni en Android ni en Apple y raras son las que logran a una cierta notoriedad. Una de estas excepciones fue donteat.at que utilizando los datos de las inspecciones de sanidad de NYC avisaba cuando se entraba en un local que no las había pasado favorablemente. En este caso, al igual que en otros muchos, la notoriedad se debe más al ingenio e imaginación de la propuesta que a su uso o utilidad real.
Varios han sido los problemas que han llevado a que esta primera generación de aplicaciones haya obtenido resultados tan escasos pese a la enorme expectación que la idea ha generado.