Apple pay. ¿Nos vamos a olvidar pronto de las tarjetas de crédito?
Uno de los anuncios más esperados de Apple fue Apple pay. ¿Quien no quiere deshacerse del montón de tarjetas que abultan nuestra cartera? Desde la del gimnasio hasta la del super pasando por las de crédito. Apple pay promete acabar con esta situación colocándolas en el iPhone. ¿Fantástico no?
Apple pay está realmente bien hecho. No tienes ni que abrir el iPhone, sólo con acercarlo y poner el dedo puedes pagar, y si quieres utilizar otra tarjeta entonces abres la aplicación y seleccionas otra. ¿Y si te roban el iPhone? No hay problema, ¡sin tu dedo no van a pagar nada !
Parece perfecto ¿no? Entonces, ¿cuál es el problema si es que hay alguno?
Os habéis preguntado alguna vez porque en los USA no tienen tarjetas con chip, omnipresentes en Europa. La primera respuesta, un tanto chovinista, es que en esto Europa está más adelantada. Bien, claro, pero ¿por qué?
En Estados Unidos las empresas de tarjetas han logrado traspasar el riesgo del fraude a los comerciantes, ellos compran los terminales y ellos asumen el riesgo del impago. De esta forma hay poco incentivo para el cambio tecnológico por parte del emisor de tarjetas y los comerciantes están atomizados y les es difícil. En cambio en Europa quién asume el riesgo son los emisores vía los bancos. Sólo ahora los comerciantes de Estados Unidos empiezan a presionar con las tarjetas chip que sirven básicamente para reducir el fraude, utilizando esta tecnología con sus propias tarjetas, aquellas que ellos mismos emiten.
Todo esto ha hecho que emisores potentes como Walmart o Starbucks puedan decidir si entran o no en Apple Pay y si, habéis acertado, de momento han decidido que no. ¿Y en Europa? Bueno, hay que convencer a los emisores y los bancos, como siempre poco propicios a compartir comisiones en beneficio de terceros sea éstos los consumidores o no.
Así que Apple Pay es un producto fantástico que solucionaría perfectamente el problema al que se dirige, pero … una vez más no se trata sólo de tecnología.